EL ESPAÑOL EN LA REPUBLICA DOMINICANA
Para comenzar
empezaremos hablando de la cantidad de habitantes que hay en la Republica
Dominicana y cuántos de ellos utilizan el español como lengua oficial.
Población................................................................................................... 10.225.000
% que habla español como lengua
materna........................................................... 97,9%
Hablantes de español como lengua
materna............................................. 10.006.500
% Total hablantes
de español
..............................................................................
99,60% Total hablantes de español.........................................................................
10.184.100
¿Cómo es el español dominicano?
El español dominicano es la variedad del idioma
castellano hablado en la República Dominicana siendo dentro de sí, una variedad
del español caribeño. El español de la República Dominicana es un dialecto que
se divide dentro del mismo en otros sub-dialectos dependiendo de la región y la
clase social. Al ser una lengua rica en influencias extranjeras el español de
la República Dominicana tiene influencias de varias culturas y países. De la
misma manera éste puede sonar muy similar al español de Puerto Rico (español
puertorriqueño) y de Cuba (español cubano), por la gran cercanía a estas islas.
En el español dominicano podemos observar el uso de
arcaísmos, los cuales a pesar de no ser utilizados con frecuencia son todavía
conocidos por la gran mayoría del pueblo y su uso no es extraño (ejemplos de
los mismos son las palabras anafe, bregar, carátula, etc.). De la misma manera
el dialecto dominicano usa varios términos denominados indigenismos de gran
popularidad en la riqueza del idioma. A pesar de tener una populación indígena
completamente extinta, estos términos quedaron marcados. Muchos dicen que los
indigenismos dominicanos provienen del único taíno restante en la isla de la
Española, Enriquillo, que a pesar de ser de ascendencia taína estaba ya
completamente hispanizado.
El asentamiento español de 1492 tuvo gran influencia en
la cultura y el idioma dominicano. El dialecto dominicano en general tiene
varias similitudes con el dialecto andaluz. Esto es debido a que las flotas que
partían en expediciones hacia América se organizaban en Sevilla, pero provenían
de puertos andaluces.
Los especialistas, dividen el territorio dominicano en
zonas dialectales que pueden diferenciarse entre sí (hasta tres zonas, según
Lipski) sin embargo, nos interesa una visión general descriptiva. Para poder
exponerla de forma organizada vamos a seguir la tradicional clasificación entre
rasgos fonéticos y fonológicos, morfosintácticos y léxicos.
- Rasgos fonéticos y fonológicos
1) No existe
la distinción entre /s/ y /Ө/. Es el
fenómeno que conocemos como seseo.
2) El yeísmo
es general en la Rep. Dom. y en toda la América hispánica. Es la neutralización
de la oposición entre la palatal lateral /l/ y la palatal central /y/, con
exclusividad de la segunda. La realización más generalizada es como palatal
fricativa sorda, la misma que se usa en el yeísmo del español peninsular.
3) La caída de
la /d/ intervocálica es prácticamente general en todos los sociolectos y en
todo el territorio. Sólo se exceptúan de este rasgo general los casos aislados
de componente afro-hispánico que resuelven frecuentemente la /d/ intervocálica
en [r].
4) La /rr/
múltiple se desonoriza, en mayor o menor grado. Incluso llega a convertirse en preaspirada.
(En Puerto Rico hay
velarización).
5) La /s/ en
posición implosiva, ya sea en final de sílaba o de palabra, se debilita y
produce aspiración y, con mucha frecuencia, pérdida.
6) La /x/
fricativa posterior se manifiesta en una [h] aspirada débil.
7) La /l/ y
/r/ en posición implosiva se neutralizan. Lo que produce la diferencia entre
unas zonas y otras del territorio dialectal dominicano es la solución que
adopta esta neutralización:
Hay tres regiones geográficas con diferencia de
pronunciación que son el sur, el norte (Cibao) y en Santo Domingo que está en
el centro del sur y del este (la pronunciación en el este es más neutra). También la tendencia de acortar palabras
y unirlas.
1.
En la región Norte predomina el uso de "i"
entre las palabras, (caminar = "caminai") (madre, mal, mar =
"mai, mai, mai" se pronuncian todas igual)
2.
En la región Sur predomina la "r" entre las
palabras y también se arrastra o pronuncia más fuerte donde esta (caminar =
"caminarrr"), (vámonos para el pueblo = vámono parr pueblo). Con
menos frecuencia se puede escuchar un cambio de la "o" por la
"u" (vámonos = "vámono").
3.
En Santo Domingo, (Ciudad Capital) predomina la
"l" (caminar = "caminal") y se acortan mucho más las
palabras y se puede suprimir la "s" en algunos casos (vamos a ver =
"vamoave").
A pesar de las diferencias regionales de los dialectos
(geolectos), el español dominicano también tiene sociolectos, es decir que
existe una diferencia de dialecto entre clases sociales. Se dice que la
sintaxis y la morfología del español dominicano tienen gran influencia
africana, sin embargo la fonética es africano, con una diferenciación entra las
clases cultas y no cultas. A pesar de haber una diferencia el español
dominicano posee características específicas como el yeísmo, el seseo y la
ausencia completa del voseo.
La clase
culta
La clase culta tiene algunos rasgos específicos que a
pesar de no estar prescriptivamente correctas son más aceptables. Por ejemplo algunos de los fenómenos son
los siguientes:
• Reducción
de nasales finales a n velar: corazóŋ, accióŋ, perdicióŋ.
•
Africación
de la y
• Aspiración
de la s: vamoh, ¿cómo ehtah?
• Lambdacismo
y rotacismo (incluso en la clase culta)
• Se adopta
la k como implosiva: octener, ocservación.
• Sonoración
o ensordecimiento de una consonante por influencia con la siguiente: admósfera,
optener
Aunque no se utilice, en la docencia cuando se enseña la
lectura muchas veces se enseña la diferenciación entre la z y la s, de la ll y
la, y, aunque sea incorrecto en el español, de la b y la v.
La clase
popular
Los rasgos de la clase popular son los siguientes:
• Alternación
de la o y la u: Macorís, y Macurís, bohío y buhío
• Contracción
de grupos vocálicos en diptongos, especialmente en el diptongo eu: Europa=
Uropa
• Aspiración
de la h, aunque este rasgo ha estado despareciendo: hablador= jablador.
• Diptongos
reforzados con una velar: güeso, gueco
• Contracción
de vocales idénticas: todo= too, nada=naa
• Lambdacismo
y rotacismo (más frecuente en la clase popular) • Desaparición de r y l finales
- Rasgos
morfológicos y sintácticos
1) Uso de los
pronombres sujeto para nombres inanimados: “Comprela que ella son bonita (las
piñas)”.
Esta extensión de
la referencia de los pronombres sujeto, según Jiménez Sabater, sirve de
fundamento para el uso de ello como sujeto en oraciones impersonales
existenciales: “Ello hay arroz”.
“Ello es fácil llegar”.
No se produce la
inversión del pronombre sujeto explícito en las frases interrogativas: “¿Cómo
tú estás?”, “¿Qué tú quieres?”. Este orden oracional es común en el Caribe
hispánico.
Cuando el adverbio ya encabeza una oración el
pronombre sujeto se hace explícito: “ya tú sabes”.
Encontramos con
cierta frecuencia pronombres sujeto explícitos antepuestos a las formas de
infinitivo, incluso a las formas de gerundio o participio: “Antes de nosotros
ir a la playa…”, “sin yo saber”.
2) Las formas
verbales simples son predominantes frente a las formas compuestas. Se produce
casi generalmente la neutralización entre el indefinido y el pretérito
perfecto, con preferencia por el indefinido.
3) Un fenómeno
muy general, y cada vez más difundido en el habla culta, es la concordancia del
verbo con el complemento directo en las construcciones impersonales con los
verbos haber y hacer: “hubieron muchas celebraciones”, “hacían muchos años”,
“habíamos diez alumnos”.
4) Muchos
verbos se pronominalizan: “enfermarse”, “desayunarse”.
5) En el
paradigma de la conjugación verbal se produce una reorganización de las formas,
tanto verbales como pronominales, de la segunda persona del plural.
A continuación tres rasgos que no registran las
monografías que he citado pero que son frecuentes en el español dominicano:
1) Uso del
imperfecto de subjuntivo en –ra en una de las dos proposiciones en las
oraciones subordinadas condicionales.
2) Terminación
en –nos de la primera persona del plural de las formas verbales.
3) Es
frecuente la aparición de la doble negación, con reduplicación de no en
posición pospuesta:
“Nosotros no vamos no”.
- Léxico
Aproximadamente un 94% del vocabulario del español de uso
diario es de origen latino, lo que es natural y no muy sorprendente teniendo en
cuenta que se trata de un idioma románico. Sin embargo, como en caso de cualquier
lengua, también tiene préstamos de otros idiomas con los cuales se haya
encontrado durante su historia de más de mil años.
De las lenguas prerromanas de la península (íbero,
euskera, celta o tartesio) existen bastantes topónimos, algunas palabras (barro,
perro, cama, gordo, nava) y algún antropónimo aislado, como Indalecio. La
invasión de los visigodos insertó bastantes nombres de pila (Enrique, Gonzalo,
Rodrigo) y sus respectivos apellidos (Enríquez, González, Rodríguez), el sufijo
-engo en palabras como realengo y vocabulario referente a la guerra como yelmo
y espía.
Además, la ya mencionada época musulmana dio paso a la
adopción de numerosos arabismos. En morfología, cabe apuntar que viene del
árabe el sufijo -í de gentilismos tales como ceutí o israelí.
En el siglo XVI se introdujeron numerosos italianismos
referentes a las artes, pero también gran número de palabras indígenas o
americanismos, referentes a plantas, costumbres o fenómenos naturales propios
de esas tierras, como batata, papa, yuca, cacique, hamaca, huracán, cacao,
chocolate; básicamente procedentes del náhuatl, las lenguas mayenses, lenguas
arawak y el quechua. En el XVII entraron numerosos cultismos por influjo de la
lengua gongorina o culterana. En el XVIII, galicismos o palabras tomadas del
francés referentes sobre todo a la moda, la cocina y la burocracia: puré, tisú,
menú, peluquín, maniquí, restorán/restaurante, buró, carné, gala, bricolaje. En
el XIX, se incorporan nuevos préstamos, sobre todo del inglés y el alemán,
aunque también del italiano en ámbitos referentes a la música, en particular la
ópera (batuta, soprano, piano, radio), y la cocina. En el XX se acentúa
muchísimo la presión del inglés en los campos de la tecnología, la informática,
la ciencia y el deporte: set, penalti, fútbol, e-mail, Internet, software.
Todos estos son conocidos como préstamos lingüísticos.
Sin embargo, la Real Academia Española ha hecho, durante
estos últimos años, grandes esfuerzos para evitar el uso de estos vocablos
proponiendo alternativas más acordes con nuestra ortografía tradicional (entre
otros muchos ejemplos: zum en lugar de zoom, correo electrónico en lugar de
e-mail, fútbol en lugar de football...). Aunque la mayoría de estas iniciativas
han ido calando en la sociedad, ciertas propuestas no han tenido demasiada
acogida, a pesar de ser preferentes para la RAE.
Por lo
general, América es más susceptible a los préstamos del inglés o anglicismos
("mouse", en
España: "ratón"), debido en buena medida al
contacto más cercano con Estados Unidos. Por su lado, España lo es a los
galicismos o palabras tomadas de la vecina Francia (como el galicismo
"ordenador" en el español de la península Ibérica, en contraste con
el anglicismo "computadora" o "computador" en el español
americano).
Lejos de cuestionar la importancia del inglés como lengua
universal de comunicación en ciencia y tecnología, el español juega un papel
muy importante en distintas facetas de la comunicación científica y entornos
relacionados.
NOTICIA
PRENSA ESCRITA
PERIÓDICO
"EL CARIBE"
Opinión
1 ¿Somos una nación de cleptómanos?
La ocurrencia interminable de robos de cosas sin valor
aparente, conlleva irremisiblemente a la pregunta: ¿Nos estamos convirtiendo
por la crisis económica en una nación de cleptómanos? La idea es
aterrorizadora. Pero crece en la mente de muchos dominicanos desazonados por
estos hechos insólitos que evidencian, sobre todo, el poco respeto que existe
entre nosotros por la propiedad ajena.
Hace años se publicó la desmoralizadora noticia de que
alguien había hurtado la placa de bronce con la que el país recordaba al mundo
el lugar donde el almirante Cristóbal Colón había amarrado una de sus naves al
descubrir la isla.
Las calles y plazas de la ciudad están llenas de huecos
producidos por el robo de alcantarilladas y tapas de hierro. Numerosas
personas, de distintas edades, han sufrido las consecuencias de esta malsana y
deshonrosa práctica, al caer en los hoyos dejados al descubiertos por la
sustracción de esos objetos metálicos, que no estaban allí sólo con fines
ornamentales sino cumpliendo con una función de indiscutible utilidad para los
ciudadanos.
En las avenidas y autopistas, gente inescrupulosa carente
de sentido cívico, sustrae los llamados “ojos de buey”, que sirven como
sustituto de la iluminación en las noches y como delimitantes de los carriles
por donde debe fluir el tránsito vehicular. Hubo una época en que a lo largo
del recorrido desde la salida de la ciudad hacia el aeropuerto Las Américas,
existían unos pedestales de cemento a los que estaban adheridos los escudos de
las naciones que conforman el continente, emblemas que le daban sentido al
nombre de la vía y al propio aeropuerto internacional. De pronto comenzaron a
desaparecer hasta que no quedó ninguno.
¿Qué hacen los autores de estos robos con tales objetos
sin más valor que el que supone el material del que están hechos? Obviamente,
alguien se los compra y seguramente paga una migaja por ellos. Esta práctica
desalmada es alentada sin lugar a dudas por empresas que utilizan estos
materiales como insumos.
No hay otra explicación. Y son éstas, por lo regular, la
que disponen de mejor información con respecto a la ubicación de estas placas,
alcantarillas y ojos de buey.
En efecto, ¿quién más pudiera estar interesado en
adquirir estos objetos? Como hay en el negocio empresas de ganada
respetabilidad, deberían ser éstas las más interesadas en establecer una
distancia de práctica tan perniciosa y aberrante, que no sólo afecta los bienes
públicos sino también a una infinidad de compañías de fama y reputación bien
ganadas que han colocado letreros con
sus nombres con este tipo de material, usualmente de bronce y que son víctimas
de tan vergonzosa práctica.
El deterioro moral en
el país ha alcanzado niveles tan degradantes, que muchos ciudadanos no
parecen prestarle demasiada importancia a cuestiones de este tipo.
Y desde su muy peculiar percepción de los problemas
nacionales no dejan de tener razón.
En medio de tanto latrocinio pudiera ser irrelevante
ocuparse de cosas tan pequeñas, podrían llegar a pensar, pasando por alto el hecho de que el
respeto y la observación de las reglas que no conllevan grandes sanciones, es
el principio por donde la democracia se afianza y los derechos de los
ciudadanos a vivir en paz y sin temor cobran vigencia.
Twitter:
@guerreromiguele